Recuerdo que cuando era niña me sonrojaba con sólo escuchar
que la ropa que estaba vistiendo era bonita, no necesitaba saber si yo lo era,
como me quedaba o si lucía en mí, pensaba que con linda ropa lo pasaría mejor,
que me invitarían a jugar más seguido o le simpatizaría más a la gente, claro,
estaba equivocada. Al crecer me di cuenta que no es tanto la ropa, eres tú, tu
personalidad o tu buen físico, dos opciones para “simpatizarle” a los demás,
claro, todo depende de con quien quieras juntarte, pero. . . Yo no encajo en esas
opciones, no tengo linda ropa, ni de marca o de la mejor calidad, con colores
vivos o con escotes hasta el talón, siento que mi personalidad no es agradable
ni digna de admiración, es débil y misteriosa, mi cuerpo no es como el de una
modelo, no soy delgada y mis piernas tienen muchas cicatrices, por lo tanto no
utilizo vestidos ni faldas si debo tener las piernas descubiertas, como nunca
me acostumbré a utilizarlos tomé la costumbre que no sentarme como debería, no
intento basarme en la reglas de estética que a impuesto la sociedad, deseo no
preocuparme por eso, por ende. . . Estoy sola.
Cuando chica amaba salir, jugar y disfrutar de las cosas más
tontas, conocía a niños de mi edad muy fácilmente, sonreía hasta sin darme
cuenta, cuando era pequeña la vida era de colores, la vida en sí era mi utopía,
pero ya no más, ahora soy tímida y me cuesta acercarme a las personas, caminar
sola me incomoda y salir a contemplar hasta lo más estúpido me es casi
imposible, muchas limitantes que yo misma he dejado crecer. . .
-¿Deseas conocer a más personas mi dulce niña?-Preguntó de
pronto el unicornio morado.
-No, sólo me lamento. . .- Respondí
-¿De qué?, tu vida es hermosa como es, me tienes a mí y a tu
utopía, esta Naomi y tu gato que siempre te acompañan, no necesitas más-
-Lo sé, pero. . . Siempre esta ese “algo” que hace falta, muchas
veces me siento vacía, cuando obtengo lo que “quiero” me doy cuenta que no
llena mi vacío interno-
-¿Vacío?, ¡Disparates!, tú. . . Mi princesa no tienes vacío
alguno, tienes todo lo que puedes desear en tu hogar, tu utopía, conmigo-
-No. . . Lo que necesito debe ser tangible, palpable, debo
sentirlo desde los cabellos que adornan mi cabeza hasta la punta de mis pies,
lo que necesito mi utopía no me lo puede dar, es algo muy arriesgado, pero
hermoso hasta que termina-