Quedan 5 días. . .
Cada vez que esta chica podía se escapa del unicornio morado e iba a visitar a su chico, al chico de la polera fosforescente, al encontrarse ambos entrelazaban una mirada cómplice, sonreían con malicia y se devoraban a besos, cada vez sus labios jugaban más apasionadamente bajo el cielo amarillo, las manos del chico bajaban más y más, aplicaba más fuerza, más confianza. . . más pasión, entre sus dulces y apetitosos besos la chica le alborotaba el cabello, lo acariciaba y le peinaba con sus dedos, cuando sus labios se separaban para poder volver a obtener el aliento, en sus miradas se gritaban con un “quiero más”. . .
-Sus manos eran fuertes y cálidas, no podía dejar de pensar en sus caricias, la forma en que me tomaba y me mostraba que sólo él me haría sentir tantas cosas juntas, sus labios eran como nubes de algodón, eran suaves y muy dulces, sus besos eran cada vez más acertados, se deslizaban suavemente por mis mejillas hasta llegar a mi cuello, allí demostraba toda su delicadeza y amor sellándome en un mundo de placer y deseo, no sé hasta dónde podré llegar con mis pensamientos, ya no lo puedo soportar, lo deseo a él y a nadie mas que a él, deseo sus manos, sus ojos, su cabellera, su espalda, su voz, su cuerpo. . . todo, todo lo deseo solo para mis caprichos y uso personal- Pensaba la chica.
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