domingo, 16 de septiembre de 2012

~Ir o no ir~

    Esta chica no sabía qué hacer, prefirió ir al colegio que quedarse en casa, al llegar al colegio todo estaba como de costumbre exceptuando una simpática muestra de desprecio de sus compañeros, su pupitre no estaba y su delantal estaba manchado con tinta -¡Genial, así mi mañana no estará tan liberada de preocupaciones-pensó ella, fue con el conserje para conseguí un pupitre nuevo y se puso su delantal orgullosamente, en el transcurso de la mañana no podía dejar de pensar en el mensaje, -¿Qué haré?-Se preguntaba a ratos. . .
-Hola desaparecida-Le dijo Naomi
-Hola Nao, ¿Cómo has estado estos días?- Respondió la chica.
-Bien, nada fuera de lo común, no he salido mucho, pero ayer vi a un chico guapísimo en la plaza-
-¿Un chico?, ten cuidado Nao, andas por ahí y por allá con los chicos. . .-
-No hables como mi madre ¿Quieres?, esta es la puta vida que siempre he querido, aventuras, despreocupación. . . Por cierto, ¿Qué tal tu día?-Sonrió Naomi
-Un Caos, no se qué hacer. . .-
-¿Sobre qué?, si se puede saber, claro. . .-
-Lo siento, esta será de las muchas veces de las cuales guardo silencio absoluto-
-Está bien, no hay problema, ya sería extraño que me contaras tus pesares, pero te veo complicada, no le des vueltas al asunto niña, te diré mi frase de siempre “Hakuna matata”-
-¿Hakuna matata?-
-¿¡En qué mundo vives niña!?, "¡No te angusties!"-
-Mmm. . . Es complicado- 

    Sonó el timbre para volver a clases, la plática concluyó allí, ella no confiaba sus pesares, odiaba verse débil. -Ir o no ir- Era la interrogante del día, el tiempo pasaba y la hora se le venía encima, la clase transcurría lenta y abrumadora, los murmullos resonaban como las agujas del reloj, no lo soportaba, quería huir, ¿A dónde?, a su lugar de sueños, pero el problema es que si iba allí su conciencia se desvanecería y podría hacer cosas de las cuales después se podría arrepentir, el problema estaba claro, los pros y contras fueron puestos en la mesa, ahora solo faltaba una señal, un empujoncito, tocó el timbre para irse, 17:55 pm, de pronto oye un silbido, centró su vista en el emisor, era Naomi.
-¡¡Hakuna matata!!-Gritó.

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