Esta chica no tiene deseos de celebrar, aprovechó la instancia de que su utopía esta en paz y escapó a la realidad. Se vio en un examen de matemáticas, como no había estado consciente en las clases no tiene ni idea de los ejercicios, tocó el timbre para salir a recreo, su examen estaba en blanco . . .
-¡Eh!, amiga ¿Qué pasa?, has estado ida estos últimos días, nos ignoras completamente- Le dijo una de sus compañeras.
-¿Las ignoré?- Preguntó la chica.
-Si, llegabas todos los día como no sé . . . ¿Zombie?, te sentabas y te levantabas al terminar las clases, te ibas directo a casa, no hablabas con nadie, ni siquiera nos mirabas, ¿Qué rayos te pasa?- Preguntó.
-He tomado algunas pastillas, bueno, drogas para la depresión, ese pequeño psicólogo de pacotilla me llena de pastillas, es horrible-
-Waaa que complicado- Agacho la cabeza-has bajado últimamente tus notas y hay veces que cabreas a los profesores, tus padres no están muy felices . . .-
-¿Ellos te pidieron que te acercaras nuevamente a mí?- Interrumpió la chica.
-No exactamente, no creas que todo gira entorno a ti, no todo es malo, ¡REACCIONA!-
Esa palabra, esa maldita palabra, la dejo helada, pálida, toda la clase se volvió a verla, empezaron a murmurar cosas y después se rieron, cosa que para ella ya era costumbre. Ella era consciente de lo que allí ocurría, un falsa amiga que después de la traición vuelve desvergonzadamente bajo su cobija, padres trabajólicos y compañeros de curso molestando nuevamente, todo sigue igual, la monotonía sigue, su mundo es más placentero que quedarse allí, esto a ella la consume, aprisiona y grita en su oído, rasguños cubiertos de sangre adornan sus paredes y los poster a medio sacar recuerdan su delirio –Todo está igual a como lo dejé- Piensa.
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