El cielo amarillo estaba en su máximo esplendor, los
panqueques volaban armoniosamente, el agua era dulce como la mermelada de
frutilla, un ambiente perfecto, la chica estaba sentada junto al arrollo
cantando sus memorias pasadas, todos la escuchaban con una amable sonrisa en
los labios, su canto era magnifico, hacía que cualquier mortal se sonroje. Cantar en público real le asustaba, le daba pavor, era una chica muy tímida y
el pánico escénico en ella era muy fuerte, una chica con una voz angelical se escondía.
Mientras cantaba divisó a un chico a los lejos, caminaba
tranquilamente en dirección hacia ella, era él, el chico de la polera
fosforescente, ella se sonrojó, sus piernas no respondían y su cuerpo tiritaba
de la emoción, no podía creerlo, ¿Qué hacia el ahí? Se preguntaba.
-Te ves confundida-Dijo el ser plomo
-¿Qué hace el aquí?-
-Yo lo traje para usted, es su utopía, todo debe ser
perfecto, él hace a su corazón precipitarse, gritar y agitarse de felicidad, lo
hace entrar en un frenesí tal que hasta su cuerpo no le responde, él es para su
deleite, entreténgase-
La chica emocionada sonrió, intentó pararse, pero sus pies
no le respondían, tal era la felicidad que la consumía que no le daban sus
energías para realizar acción alguna, el chico cada vez estaba más y más cerca.
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