Cuando desperté me di cuenta que había llegado a mi pesadilla, la realidad, se encontraba en esa avenida, pareciera que se hubiera dormido por horas pero al comprobar la hora en el celular parecía un engaño, una mentira, eran las 18:45 pm, estaba atrasada, 15 minutos tarde, en mi mente solo hay recuerdos del chico de la polera fluorescente, nadie más que él, sus besos, sus caricias, su adiós. . . Aun no lo puedo creer que se haya ido de esa forma, así como así, pero no quiero ser negativa, no, estoy segura que cuando vuelva a mi utopía el estará esperándome, yo me fui, no él. . . Es el tipo de mentiras que me gustan más.
-Es el presente, es el presente, avanza- Me decía a mí misma, camine al lugar de encuentro, él se encontraba allí, sentado en una banca, con las manos sujetando su cabeza y mirando al suelo, al parecer ya estaba seguro que no asistiría, me detuve frente a él que al notar mi presencia subió lentamente su cabeza, sus ojos estaban asombrados y una pequeña sonrisa se asomó por sus labios, al parecer creía que lo tenía todo bajo control hasta que se concentró en mi mirada y volvió a estar serio.
-Hola, no. . .-sonrió- no pensé que vendrías- Dijo el chico.
-Ni yo, pero heme aquí-sonreí forzadamente-¿Qué quieres?- Respondí.
-Ahh. . . yo. . . emm. . .- Dijo nerviosamente.
-Ve al grano ¿Quieres?, se directo, no tengo mucho tiempo ni ánimos-
-No te preocupes no tardará mucho tiempo-
-Está bien, te escucho-
-Amm, me es complicado. . . Yo. . . ¡arg!-Me tomó de los hombros- Lo que pasa es que yo te amo, te sigo amando a pesar del tiempo, cada día pienso en ti y no te puedo sacar de mi cabeza, sé que te hice daño y que quizás ya no confías en mí, pero. . . quiero pedirte una 2da oportunidad, quiero jugármela por ti y que te des cuenta que he cambiado, yo. . .
-No sigas-interrumpí- no te hagas y no me hagas más daño, ya no quiero nada de ti, ni creer en tus palabras, yo no podía dejarte ir, pero pasaron muchas cosas y tu nombre no duele ni desespera, solo es un vago recuerdo en mi memoria, así que no sigas, no me busques con intenciones más allá de una amistad, no te odio ni nada. . .-
Cuando me di cuenta sus labios estaban en contacto con los míos, que asqueroso y repulsivo, lo separé de mi con un empujón y le agradecí con una bofetada, después de eso se quedó inmóvil con una mano en su mejilla adolorida, miraba al suelo y unas lágrimas cayeron, patético. Me di media vuelta y comencé a caminar, ¿Rumbo?, no lo sé, solo quiero alejarme de ese lugar, él no me siguió, él solo permaneció allí estático.