miércoles, 6 de junio de 2012

~Sus lágrimas no les llegará~

    Caminando por la acera, sola y sin deseos de tener a un acompañante, aceleró sus pasos, miraba al suelo, caminaba y caminaba, de pronto escucha la bocina de un auto, otra vez . . .  A pasos de cumplir su más anhelado deseo, morir. Camina y camina sin destino aparente, se detiene en una esquina conocida, al voltear ve al parque de sus recuerdos, tantos juegos, tantos sentimientos, emociones, todo lo que se dijo allí ahora son solo pétalos en una gran oscuridad, pétalos carmesí que tiñen el lugar armoniosamente, entró al lugar de ensueños, todo le parecía, cínico, mentiroso, sarcástico, como si todo allí se riera en su cara, se subió a un columpio y comenzó a volar, cada vez que llegaba a palpar el cielo inevitablemente se alejaba, -Que hermosa sensación de libertad- pensó, mientras se reía, llegaba tan alto que al retroceder daba un golpe violento, a esta chica ya no le importaba caer, dolería, pero sería algo momentáneo, algo que se puede curar, pero esa adrenalina y esa libertad se fue acabando, cada vez la velocidad era menor . . .  -Ya no es tan divertido- No era lo mismo, no como ella lo recordaba.
    Vida momentánea, ¿Amor momentáneo?, bah, son solo locuras de una noche, una larga noche en la que hablaron y así comenzó su pequeña historia, una historia bella, hermosa, dependiendo del punto en que lo mires, antes del final y desde su perspectiva, fue un sueño de una dama, desde mi perspectiva, mi omnisciencia, fue una mierda. Aunque ella no lo quiera ver, no lo reconozca y aún no lo asimile, lo que le hicieron fue algo que hizo que sus día se acortaran y sus puños sangraran, sus lágrimas no les llegará pero ella no puede evitarlo, perdió a una "amiga", perdió al chico que en ese momento era su pase a la dulzura de un te amo, quizás falso, insensible, frio y cínico, pero eso ella no lo podía apreciar, su nube color arcoíris no la dejaba ver, ese chico pudo enredar la lana de tal forma que ya no era una madeja, eran trazos de una mentira, trazos planeados, uno tras otro, de apoco, se fueron amontonando, muchas personas lo vieron, un gran revoltijo de lana, mucha, mucha lana desparramada por el lugar, lo alertaron, lo dijeron, lo gritaron, pero esta chica solo lo miraba a él, su espalda, su sonrisa . . .  Su máscara.

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