-Te equivocas, las
personas la hacen así-dijo el unicornio-
-¿Personas?-
-Humanos-
-Las personas
carecen de lo que se dice de ser “humano”, quieren beneficios y atención, tiran
hilos, cuantos más, mejor. Crean escusas y buscan lo más conveniente para sí
mismos, son crueles y no se dan cuenta de su propia pesadilla, aunque es mejor
vivir así ¿no?, una vida de fantasía, donde todos son los malos y uno es el
inteligente-
-¿Le tomas el peso
a tus palabras?-
-Sí, soy consciente
de lo que hago y/o digo, aunque muchas cosas son invisibles para mí, las
mentiras las borro y les dibujo una gran sonrisa, todo es falso en mi mente, mi
mente... ¡Aquí!, mi hermosa utopía-
-¿Por qué has
vuelto?-preguntó el unicornio
-Lo necesitaba, la
realidad me asfixia-
-¿Cómo volviste? ¿Te
has vuelto a marcar con yagas y sangre?-
-No, dije que no
volvería a hacer eso... solo... comí muchos dulces-río-
-¿Dulces?...
¿Pastillas?-
-Sí, pastillas de
muchos colores, con nombres muy chistosos-volvió a reír-
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