Suave silencio que acompaña su sencillez, sentada a un
extremo leyendo un hermoso libro de suspenso, esta chica piensa en los hermosos
momentos que paso junto a él, se pregunta muchas cosas, tira el libro bruscamente,
suspira, se recuesta y llega a la estación "dulces sueños".
Caminó por
un camino hecho de mariposas, hacían cosquillas en los pies, no sabía si
correr, reír o correr riendo, así que prefirió la última, en su carrera pillo
al unicornio que le seguía, se detuvieron.
-Buenos días mi
bella dama, ¿Cuál es el motivo de su agradable visita?-Dijo el unicornio
-Nada en
particular, solo no quiero seguir ahogándome con mis propios pensamientos-
-¿Paso algo?-
-No, solo que por
hoy quiero ser libre-
-¿Buscas otro príncipe
azul?-
-¿Azul?, ¡jah!-rió-prefiero
el morado, pero aun así declino, no más amores-
-Eso dijiste la última
vez, sabes que no puedes confiar en eso-
-No me interesa,
el pasado ya pasó y el futuro dictara mi sentencia, el pecado ya se consumió y
las yagas aun arden, déjalas descansar-
-La que no las
deja descansar es usted, apenas una se cierra abres otra, para de destruirte-
-Eso haré, quiero
cambiar, cortare mi pelo y dejare el negro de lado, intentare hablar con las
cucarachas, será interesante-
Se recostó
en el estambre mirando el cielo amarillo, los panecillos aun vuelan por el
cielo con su majestuoso plumaje acaramelado, nadie parece notar que una chica
esta llorando mientras sonríe.
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