sábado, 29 de diciembre de 2012

~Cuando pequeña~

    Recuerdo que cuando era niña me sonrojaba con sólo escuchar que la ropa que estaba vistiendo era bonita, no necesitaba saber si yo lo era, como me quedaba o si lucía en mí, pensaba que con linda ropa lo pasaría mejor, que me invitarían a jugar más seguido o le simpatizaría más a la gente, claro, estaba equivocada. Al crecer me di cuenta que no es tanto la ropa, eres tú, tu personalidad o tu buen físico, dos opciones para “simpatizarle” a los demás, claro, todo depende de con quien quieras juntarte, pero. . . Yo no encajo en esas opciones, no tengo linda ropa, ni de marca o de la mejor calidad, con colores vivos o con escotes hasta el talón, siento que mi personalidad no es agradable ni digna de admiración, es débil y misteriosa, mi cuerpo no es como el de una modelo, no soy delgada y mis piernas tienen muchas cicatrices, por lo tanto no utilizo vestidos ni faldas si debo tener las piernas descubiertas, como nunca me acostumbré a utilizarlos tomé la costumbre que no sentarme como debería, no intento basarme en la reglas de estética que a impuesto la sociedad, deseo no preocuparme por eso, por ende. . . Estoy sola.
    Cuando chica amaba salir, jugar y disfrutar de las cosas más tontas, conocía a niños de mi edad muy fácilmente, sonreía hasta sin darme cuenta, cuando era pequeña la vida era de colores, la vida en sí era mi utopía, pero ya no más, ahora soy tímida y me cuesta acercarme a las personas, caminar sola me incomoda y salir a contemplar hasta lo más estúpido me es casi imposible, muchas limitantes que yo misma he dejado crecer. . .
-¿Deseas conocer a más personas mi dulce niña?-Preguntó de pronto el unicornio morado.
-No, sólo me lamento. . .- Respondí
-¿De qué?, tu vida es hermosa como es, me tienes a mí y a tu utopía, esta Naomi y tu gato que siempre te acompañan, no necesitas más-
-Lo sé, pero. . . Siempre esta ese “algo” que hace falta, muchas veces me siento vacía, cuando obtengo lo que “quiero” me doy cuenta que no llena mi vacío interno-
-¿Vacío?, ¡Disparates!, tú. . . Mi princesa no tienes vacío alguno, tienes todo lo que puedes desear en tu hogar, tu utopía, conmigo-
-No. . . Lo que necesito debe ser tangible, palpable, debo sentirlo desde los cabellos que adornan mi cabeza hasta la punta de mis pies, lo que necesito mi utopía no me lo puede dar, es algo muy arriesgado, pero hermoso hasta que termina-

jueves, 27 de diciembre de 2012

Muñeca de porcelana

    Pasa horas y horas en su habitación, la chica era como una muñeca de porcelana, siempre estática, siempre vacía, hermosa, pálida y mirando la “nada”, con la compañía de su gato, no come y cada día tiene la visita de Naomi, ella la acompaña algunas horas hasta el anochecer, pero ese no es consuelo. . .
    Esta chica ha pasado milagrosamente de curso, la asistencia le pesaba pero se apiadaron de su condición, decenas y decenas de certificados médicos a nombre de un psicólogo que ni ella conoce, rodeada de pastillas que ella no consume, su vida se agota sin un gramo de golosinas. El comienzo del verano y de sus vacaciones no le emocionan, son sólo mas días libres, mas soledad, mas tristezas que no se pueden ahogar con un trago ni se podían esfumar como el humo de un cigarro, como lo hacía su madre, no, ella no llegaría al patético estado en el que se encontraba esa “mujer”, su deseo es una salida, una rendija, un hueco, un pequeño espacio de donde provenga la luz, sabe que eso no puede llegar solo, sabe que ella necesita ponerse en marcha y comenzar nuevamente el camino, el cual los mortales llamamos vida, pero. . . Algo así para ella ahora es imposible, lo único que le queda es seguir así, como una muñeca.